viernes, 30 de diciembre de 2011

no vale dejar de sonreir

Te propongo un juego. Ya no estamos juntos, pero somos amigos, ¿no? Pues juguemos. Juguemos a recordar todos los momentos vividos entre tú y yo. Desde aquél primer beso en aquél lugar tan especial, hasta el último beso en ese otro lugar especial. Desde la primera caricia, hasta la última. Desde la primera sonrisa, hasta la última. Desde la primera mirada, hasta la última hasta hoy. Desde el primer te quiero, hasta el último. Todos esos buenos recuerdos, todas esas tonterías de niños pequeños, todas esas conversaciones, todas esas cosas bonitas, todo eso. Pero también, los malos recuerdos, porque no hay que olvidarlos... esos enfados, esas peleas, esos "te dejo y no quiero volver contigo" y esos "estoy deseando volver contigo" que se escondían temerosos de un rechazo por mi parte o la tuya, esas malas palabras que algún día los dos nos dedicamos por el enfado que teníamos, sin sentirlas, pero que nos hicieron tanto daño... todo. Lo bueno, lo mejor, lo malo y lo peor. TODO. Como todos los juegos, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero aquí no habrá nada que perder ni que ganar. No habrá premio ni castigo. Tampoco habrá normas. Bueno, sí, una norma. Sólo una, y esa, la impongo yo. La condición para poder jugar a este juego, será... SONREÍR durante todo el rato que juguemos. Pase lo que pase, recordemos lo que recordemos, sea lo que sea, no vale dejar de sonreír. No vale llorar, ni estar mal, ni recordar todo con tristeza. Sólo nostalgia, de acuerdo, pero con felicidad. Si en algún momento uno de los dos deja de sonreír, entonces sí habrá perdido el juego. Y ahí, justo en ese momento, en el que dejemos de sonreír uno de los dos, será cuando el juego haya terminado. ¿De acuerdo? Yo juro seguir las reglas y ser una perfecta jugadora. ¿Y tú? ¿Te atreves? ¿Aceptas el reto?

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